Un día, vi en la tele la
salida de un trail desde un faro. Era la Isla de la Palma. Era la Transvulcania. La imagen, ¡era una pasada!: una serpiente de luces en la noche atravesaba una
montaña. Pensé: “¡Guáaaauuuuuu!!!!!!!.., ¡Me encantaría estar ahiiiií!”.
El cajón de Salida, aún lleno, y los tops con 800 metros ya subidos... |
Así que, buscando carreras
por Internet, casualmente, vi que se había abierto el plazo de inscripción para
ésta carrera... ¡¡No me lo pensé!!.., Sin preguntarme lo que me costaría, si estaría
preparada para hacerla, etc... Nada de nada. Me inscribí rápidamente... ¡¡¡Una lokura!!!... Eso
sí..., contaba con Juanma, que es más kabra loka que yo, ¡¡¡aún!!! ¡Jajajá!... Al principio
le pareció muy precipitada mi decisión, pero al final, ¡¡¡lo convencí!!!...
Fuimos de los primeros en inscribirnos. Pasó el tiempo y la fecha de la prueba se
acercaba... Una semana antes, ya estaba superemocionada, y con muchísimo miedo. La
carrera se presentaba muy exigente, con mucho desnivel (4.415 metros + (de subida)).
Era lo más
difícil que había hecho hasta ahora, pero también me gustaba la idea de estar
en una prueba importante dentro del circuito de ultras, con figuras
internacionales como Kilian Jornet, Emelie Forsberg, Nuria Picas, Timothy Olson,
Dakota Jones, Luis Alberto Hernando, Tofol Castanyer, ..., y un largo etcétera.
El día de antes, nos levantamos
temprano y nos pasamos todo el día viajando, (por no tener suerte en las conexiones), entre coche, trenes, aviones, taxi
y "guaguas", hasta que llegamos al hotel, sobre las 22:30 de la noche. Dormimos
poco, porque a las 3 de la mañana, teníamos que coger una guagua hasta la salida,
en el faro de Fuencaliente.
La salida fue "espectacular"...,
idéntica a la que vi en la tele; muy emocionante, a ritmo de AC/DC... Y los
primeros, salieron como si fueran a correr media maratón... ¡Madre mía!
No es algo real. Es MATRIX, que nos tiene conectadas las mentes para que creamos que hacemos un trail... |
En cuanto a mi estado físico,
dejaba mucho que desear. Aparte de no haber dormido apenas, estaba en mi primer día de regla, y podéis imaginaros
las fuerzas que yo tenía... Pero bueno... ¡¡aguanté como pude!!, con las paradas
técnicas de rigor...
Poco después, se añadió un dolor (ya conocido) en los isquiotibiales, dolor que se suponía
que ya se me había quitado, y con el que
me he tirado varios meses, y además, otro dolor en el tibial derecho.... ¡¡¡¿?!!!... Así que me tuve que
tomar 2 antiinflamatorios... y a sufrir... Ya después, vinieron las "ampollitas", normales en este
tipo de carreras.
Los primeros 16 kms, eran de
subida por arena volcánica, con lo que eso cansa. Después, pasamos por bosquecillos de pinos
canarios, muy bonitos, y después un tramo de subidas y bajadas a diferentes picos (volcanes), atravesando bosques autóctonos de Laurisilva, con muchas flores,
aunque no nos adentramos del todo en ellos.
La tierra era un campo de lava, pero los pinos canarios, han decidido "conquistarla" y vivir sobre ella. |
Al ir cresteando, en una buena parte
de la carrera, las vistas eran alucinantes. A ambos lados veías el mar, las
nubes debajo de ti, y se podía ver el imponente pico del Teide, con su nieve en la
cumbre. En muchos sitios, reconozco que me hubiera gustado "quedarme allí", y
disfrutar del espectáculo, pero teníamos que seguir...
En muchos sitios, resbalar y caer por la izquierda, era ser tragado -"literalmente"-, por el cráter de la caldera... |
Cuando llegamos al Roque
de los Muchachos, punto más alto de la carrera (2.426 m), dentro del Parque
Nacional de la Caldera del Taburiente, pudimos apreciar la espectacularidad de
la caldera del volcán, con unos barrancos de vértigo... ¡Yo no miraba mucho!, ¡Jajajá!... Hacía un calor infernal en esta zona... A las 4 de la tarde, al estar tan alto, la
insolación era aún mayor (me achicharré los hombros y el cuello).
Nos
avituallamos y emprendimos una bajada de 18 km hasta el puerto de Tazacorte.
¡Teníamos que bajar desde 2.426 m al nivel del mar!, ¡¡¡Cuánta piedra!, ¡Dios mío!!!.., Y mis piernas, que iban ya las pobres "hechas polvo". Se me hizo
-larguísima-, y al final, había un camino empedrado con muchísimas revueltas...: "Veías el
pueblo, -ahí abajo-, pero no llegaba nunca"...
Sólo hay que ver el camino, y las piernas del ganador, Luis A. Hernando, para darse cuenta de cómo y dónde nos estábamos jugando los cuartos. |
Por fin, llegamos al puerto de
Tazacorte (km 68,3), Nos quedaban 5 km para terminar... Ahí, tuve un bajón psicológico
importante. Quería llegar ¡¡¡ya!!!... ¡Quería correr y terminar de una vez!..., pero mis
fuerzas, eran pocas... Me puse a despotricar, y Juanma, me tuvo que
aguantar…
Seguimos llaneando un poco por una rambla en la que el agua había
dibujado unas formas muy chulas, y luego, nos quedaba una cuesta superempinada
para llegar a los Llanos de Aridane, donde estaba la "ansiada meta"... Saqué fuerzas
de donde aún me quedase algo y emprendimos la dura subida... ¡Por fin!, llegamos
arriba, y el último kilómetro y medio lo hicimos corriendo, y a buen ritmo. Nos dijimos: "Ya, no nos adelanta más nadie!!!..." y así fue, alentados
por todos los palmeños, y por los palmeñitos, que nos invitaban a que nos chocásemos las manos.
¡¡¡Habíamos llegado por fin!!!,
después de 15 horas y 18 minutos....
Llegué, y me quedé desorientada... No sabía dónde tenía
que ir... Me dejé poner la medalla... pero iba como un "zombi"... Nos dieron los polos de "Finisher", y, entonces, abracé a Juanma, y me puse a llorar "¡¡¡como una magdalena!!!"...
Había
sufrido muchísimo... No había sido un buen día para mí, y lo hice, porque aquello tenía que salir
de un modo u otro... De alguna manera, lo tenía escrito en mi mente...
La gente puede pensar "¡¡Que
estamos lokos!!"... Y no les faltará razón, pero ¡¿qué es la vida? sin un punto de
lokura!... Yo, lo he pasado mal, ¡es verdad!, pero también: he visto paisajes
alucinantes, he sentido el valor de la amistad y el compañerismo, el calor de
la gente volcada con los corredores, me he hecho más fuerte para afrontar los
problemas, me he sentido más viva…, cosas, que por lo menos para mí, compensan
todo el sufrimiento padecido.
En carreras como ésta, repetiría mil veces más, ¡¡¡SI PUDIERA!!!.
PAQUI SERRANO.
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